"El hombre que amaba a los perros" de Leonardo Padura
RESUMEN DE
LA EDITORIAL: En 2004, a la muerte de su mujer, Iván, aspirante a escritor y
ahora responsable de un paupérrimo gabinete veterinario de La Habana, vuelve
los ojos hacia un episodio de su vida, ocurrido en 1977, cuando conoció a un
enigmático hombre que paseaba por la playa en compañía de dos hermosos galgos
rusos. Tras varios encuentros, «el hombre que amaba a los perros» comenzó a
hacerlo depositario de unas singulares confidencias que van centrándose en la
figura del asesino de Trotski, Ramón Mercader. Gracias a esas confidencias,
Iván puede reconstruir las trayectorias vitales de Liev Davídovich Bronstein,
también llamado Trotski, y de Ramón Mercader, también conocido como Jacques
Mornard, y cómo se convierten en víctima y verdugo de uno de los crímenes más
reveladores del siglo xx. Desde el destierro impuesto por Stalin a Trotski en
1929, y desde la infancia de Mercader en la Barcelona burguesa, sus amores y
peripecias durante la Guerra Civil, o más adelante en Moscú y París, las vidas
de ambos se entrelazan hasta confluir en México. Ambas historias completan su
sentido cuando sobre ellas proyecta Iván sus avatares vitales e intelectuales
en la Cuba contemporánea y su destructiva relación con el hombre que amaba a
los perros.
Lo he intentado, pero finalmente no he podido y lo
siento por mi amigo Miguel Olalla que me lo recomendó.
Nunca me ha gustado la política ni entiendo de ella.
Cuando Miguel me recomendó este libro, ni siquiera me paré a leer el resumen,
de qué trataba, su recomendación era suficiente, sin caer en la cuenta que a él
le gusta mucho más la política que a mí.
Como digo, no me interesa la política, de ahí que la
vida de Trotski no fuera uno de mis temas favoritos, pero ya puestos, intenté
meterme en la historia y sobre todo comprender y conocer ese espíritu
revolucionario, comunista, y aquellos años vividos en Rusia. Pero no he podido,
no he conseguido engancharme a la historia en ningún momento y he llegado hasta
la mitad, y diré que hasta ahí, Iván, quién encabeza el resumen de la editorial,
apenas tiene un par de capítulos muy cortos pasando prácticamente
desapercibido. Lo he esperado, pero al final me he rendido.
Tantos nombres rusos me dificultaba seguir la trama,
muy lento, no pasaba nada, y lo más importante es que no entendía nada. La política
no es algo de lo que sepa mucho, ni me interesa.
Estoy convencida de que la historia “iba a animarse”,
por eso seguía y seguía. Detrás de la vida de ese revolucionario se intuía que
había mucho más, entre ello, la vida de su asesino Ramón Mercader, español y
barcelonés que vivió la guerra civil española en primera línea.
También estaba ese amante de los perros, seguramente
convertido al final del libro en el verdadero protagonista, pero lo siento, no
he podido seguir, era un esfuerzo para mí coger el libro, aburriéndome mucho.
Tengo muchos libros esperando, me dije, necesito más
emoción, una historia más afín a mí, aunque me quede sin conocer de la historia
internacional y sin saber muy bien quién era mejor si Lenin, Stalin o el propio
Trotski. Esto no es para mí.
Y en cierto modo me da pena abandonar, porque un poco
de cultura política no me vendría mal, y le cogí cariño a algunos de los
personajes, especialmente a Trotski, admirando su empeño en seguir luchando
contracorriente por sus ideales. Y esa mujer fiel, Natalia, en segundo plano, sufriendo en silencio, pero sin dejar de apoyarle en ningún momento.
Quizás algún día lo retome, de momento, guardado en la librería.
Quizás algún día lo retome, de momento, guardado en la librería.
Me interesó el libro por leer la historia desde el punto histórico de como planearon el asesinato de trotski. Hay muchos libros de la historia de la Revolución rusa pero esta me intrigaba por Ramón Mercader, como lo engañaron y lo convirtieron en asesino a sueldo. Como se las ingenió para ganar la confianza de su victima.Luego como tú dices las relaciones de la bendita Natalia,que sufrió como la inmensa mujeres de su tiempo y me intrigaba la relación de Frida Kahlo , Diego Ribera, con el desterrado trotski. Si lo miras desde ese punto de vista el libro puede ser más ameno.
ResponderEliminarNo es la política uno de mis fuertes ni de mis temas preferidos, algún día quizás lo retome y ahora con tu valoración me animo un poco más a hacerlo.
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