"La tristeza del samurái", de Víctor del Árbol

 





NOVELA INTENSA Y CON UN SUSPENSE DE ALTO NIVEL



RESUMEN DE LA EDITORIAL: Extremadura 1941 / Barcelona 1981. Dos tramas se desarrollan de forma paralela; una en Extremadura en el año 1941; la otra en Barcelona en 1981. Un crimen cometido durante la posguerra española produce consecuencias en tres generaciones de la familia Alcalá y en aquellos que se han cruzado en sus vidas durante cuarenta años. Complots, secuestros, asesinatos, torturas, violencia machista, son algunos ingredientes de esta fantástica novela. Con un estilo descriptivo pero no por ello lento, el autor narra los acontecimientos ocurridos y poco a poco va entrelazando los personajes de ambas tramas, entrando en la psicología de cada uno de ellos. El resultado es una magnífica novela de intriga e investigación, de sentimientos y rencores, de amor y odio, de ambición y dolor, de hipocresía y sobre todo de culpa, una lacra que se transmite de generación en generación, donde los hijos heredan los delitos de los padres y los nietos los de sus abuelos. Una novela que atrapa al lector desde el primer momento.


Se entrelazan dos historias en el espacio y en el tiempo, mezclándose como si fuera un puzle que no termina de encajar todas las piezas hasta el final.

El título puede llevar a confusión, porque la trama nada tiene que ver con Japón. Hace referencia al código de honor que existe entre los samuráis, basado en la lealtad, el valor y la justicia. A esta novela no le falta ninguna de las tres cosas.

Es una novela de muy fácil lectura, muy entretenida, aunque a veces la historia no tiene buenos cimientos y resulta inverosímil. A pesar de ello, consigue engancharte.

El autor va enlazando la trama con saltos entre las dos épocas, la trama está muy bien contada. 

Además de la investigación y los asesinatos, te encuentras amor, violencia de género, culpa, venganza, arrepentimiento, odio y ambición. Todo vale por alcanzar el poder, para cumplir tus ambiciones, así nos lo hace ver el autor a través de sus personajes.

Entremezcla personajes reales con ficticios de manera perfecta, nos hace reflexionar sobre lo bueno y/o lo malo; cuando te encuentras en una situación extrema, difícil es saber cómo vas a reaccionar, dejando ver lo peor y también lo mejor de uno mismo.

Destacaría la capacidad del autor por mantenerte en vilo toda la novela de una forma ágil, muy cruel por momentos, y con un final acorde al argumento, quizás un final algo atropellado, pero no por ello menos bueno.

“Que el poder, la venganza y el odio son más fuertes que cualquier otra cosa, y que los hombres son capaces de matar a quienes aman y de besar a quienes odian si ello es necesario para cumplir sus ambiciones”; reflexiona el autor a través de Publio, uno de los personajes.

Me cautivó esta frase que ahora os copio y me dio mucho que pensar, creo que no tiene desperdicio alguno: "A veces, la intransigencia se hace callo, cicatrizan en falso todos los rencores y las decepciones, los reproches y los enfrentamientos, y ya no hay manera sincera de romper ese silencio ni esa distancia infinita, ni siquiera después de muertos, ni siquiera en el recuerdo."

Os animo a leer esta novela.

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