"Pachinko" de Min Jin Lee. Club de lectura Quelibroleo.com


RESUMEN DE LA EDITORIAL: Yeong-do, Corea, 1911. En una pequeña aldea de pescadores a la orilla del mar del Este, un hombre tullido se casa con una muchacha de quince años. La pareja tiene una hija, su adorada Sunja. Cuando Sunja se queda embarazada de un hombre casado, la familia se enfrenta a la ruina. Pero entonces Isak, un joven sacerdote cristiano, le ofrece una oportunidad de salvación: una nueva vida en Japón como su esposa. Tras seguir a un hombre al que apenas conoce hasta un país hostil donde no tiene amigos ni hogar, la salvación de Sunja no será más que el principio de su historia. A través de ocho décadas y cuatro generaciones, Pachinko es un relato épico de familia, identidad, amor, muerte y supervivencia.

La editorial lo define como un libro de “familia, identidad, amor, muerte y supervivencia”. No es que no esté de acuerdo, pero creo que este libro es mucho más, o mejor dicho, creo que este libro trata de otras muchas cosas, como la vergüenza, la importancia del qué dirán para todos los personajes y el sufrimiento que ello les conlleva, las costumbres japonesas frente a las occidentales, la discriminación por haber nacido en un país o en otro (como si eso fuera importante) y de nuevo la lucha de las mujeres y su situación frente al poder de los hombres visto desde la perspectiva de aquella época y de aquella cultura. “Los hombres tienen opciones de las que las mujeres carecen”, así mismo lo escribe la autora, no hay mucho más que añadir a ello.

Antes que nada querría decir que Pachinko me parece un título inapropiado, no creo que el centro del argumento sean una máquinas tragaperras o el negocio que había alrededor de ellas, teniendo en cuenta que este término no sale hasta pasada la mitad del libro.
Para mí el centro del argumento es la vergüenza, copiando la aportación de Quaterni Editorial, vergüenza “desde el embarazo de Sunja, pasando por su condición de inmigrantes en Japón, el qué dirán, etc”. Es el tema principal, es un personaje más en la novela, los personajes le dan más importancia al qué dirán los demás que a uno mismo, todos sienten vergüenza sin demostrar orgullo por su país, por su condición sexual, por su trabajo o por sus ascendientes.

Es un libro muy duro donde se narra el sufrimiento coreano frente al poderoso Japón. Me ha sorprendido mucho y a la vez decepcionado. No pensaba que los japoneses fueran así ni que tuvieran ese “odio” a los coreanos, tanto que estaba mal visto que los empresarios japoneses contrataran a coreanos, para ello éstos tenían  que mentir y hacerse pasar por japoneses; tanta discriminación que los descendientes coreanos nacidos en Japón se les negaba la nacionalidad teniendo que sellar su tarjeta de extranjería. Desconocía todo este tema y como digo, me ha resultado decepcionante este punto sobre una cultura que me fascina e intrigaba conocer. ¡Qué raritos estos japoneses!
El pueblo coreano perseguido injustamente, pero como decía una lectora de este Club de lectura “¿habrá algún caso en que a un pueblo se le persiga justamente?”

Reprochar a la autora que pasa de largo sobre algunas temas que toca y no profundiza, hay partes cogidas con alfileres y que no dan ningún sentido a la trama. Quiere contar muchas cosas pero lo hace a la ligera y se nota. Por ejemplo, la homosexualidad de Haruki y el papel de su esposa, haciéndolos personajes de paja, al igual que la segunda mujer de Mozasu con la que la autora se extiende en demasía sin llegar a ninguna parte, con la idea creo de explicar el sufrimiento de una madre ante una hija con problemas; no le veo mucho sentido, para madre Sunja.

Esta claro que el personaje principal es ella, Sunja, mujer sufridora en su papel de amante, de esposa, de madre y también de hija, en todos los ámbitos es juzgada, es todas las facetas de su vida, haciéndolo todo bien (a mi parecer), pero para el mundo, incluso para su familia, se equivocó siempre. Muy injusto.

La actitud de Noa me parece excesiva, bastante reprochable, muy injusto con su madre, me ha dolido bastante. ¿Lavar un nombre? Creo que los japoneses, en este caso los coreanos, exageran ante esta situación, sin tener amor a la vida, los occidentales no le damos tanta trascendencia a esta cuestión.

No es un libro que me haya encantado, lo que sí lo ha hecho como otras tantas veces, es compartirlo con este Club de lectura y enriquecerme con tantas y tantas aportaciones, pudiendo comentar muchas partes del libro con gente dispar, lectora y con multitud de opiniones que hacen la participación muy atractiva. De nuevo gracias.

Comentarios

  1. Yo creo que él título tiene sentido. Efectivamente él tema principal del libro parece ser la vergüenza. Pero es que es él pachinko lo que marca gran parte de la vergüenza quea perseguir a los protagonistas. Es un negocio de coreanos, de mafiosos... Un negocio mal visto. Y paradojicamente los dos hermanos, que tienen formas tan diferentes de verse a sí mismos y de ver la vida, se van a dedicar a lo mismo... Y ya se remata con la decisión final de Solomon. Es vergüenza y al mismo tiempo una forma de demostrar que ellos están por encima del que dirán.
    No sé, es mi interpretación tras la lectura. ¿Qué te parece?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Como ya has leído, el título me sorprendió porque no sale hasta más de la mitad del libro. Es cierto que mirando la obra en conjunto,el negocio del Pachinko tiene mucho que ver en la trama. Yo creo que se dedican a ello porque no les queda más remedio, es un trabajo en el que ganan dinero y no son mal vistos como coreanos en Japón, además ellos lo llevan de una forma honrada.¿Estar por encima del qué diràn? No lo tengo claro, no estoy muy de acuerdo. El qué dirán es importantísimo en sus vidas y en sus costumbres, sobre todo para Noa.
      Gracias por tus aportaciones y tu comentario en mi blog.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

"Reina roja" de Juan Gómez-Jurado

"El mico" de Francois Mauriac (Club de lectura "10 de diciembre")

Club de lectura "10 de diciembre": "Sputnik, mi amor" de Haruki Murakami