"Media vida", de Care Santos

RESUMEN DE LA EDITORIAL: Un relato elocuente y vital sobre cómo nos afecta el paso del tiempo, el peso de la culpa y la importancia del perdón.En pleno verano del año 1950 cinco chicas adolescentes internas en un colegio de monjas juegan juntas por última vez a «Acción o Verdad» o, como ellas lo llaman, el juego de las prendas. Dos de ellas, las gemelas Viñó, están a punto de empezar una nueva vida, llena de interrogantes, lejos de allí. La ocasión es especial y lo saben, pero ninguna espera que esa noche se convierta en un punto de inflexión para alguien más y que sin siquiera imaginarlo acabe marcando su camino para siempre. A través de las vidas de cinco amigas a lo largo de treinta años, Care Santos retrata a una generación de mujeres que tuvieron que construir sus destinos en un momento en que la hipocresía de aquellos que querían mantener las formas a cualquier precio se enfrentó a nuevas miradas sobre la amistad, el amor y la libertad.

Me ha gustado.

Es una novela rápida de leer, fácil y entretenida, me ha resultado muy amena y su argumento muy llevadero.

Sus personajes son dinámicos y me ha gustado la historia.

A las mujeres de aquella época les costó vivir una juventud y madurez difíciles, educadas de una manera muy conservadora y asustadas por el régimen político, apenas se daban cuenta de lo que ellas sentían, de lo que querían, o de lo que a ellas les gustaba realmente. Por eso cuando estas amigas se reencuentran se dan cuenta que a partir de ahora la vida deben tomársela de otra manera y vivirla más a sus maneras, y también que ha llegado el momento de reconciliarte contigo misma

A través de las distintas personalidades de estas amigas vamos descubriendo las carencias de cada una, impuestas por sus caracteres, por sus familias y la infancia que vivieron y sobre todo por la época vivida. Ese conservadurismo que le lleva a Olga a estar incómoda hablando de sexo, por ejemplo, o a Lolita llegar virgen a los 40 años, o a Olga renunciar a su carrera sin darle importancia y porque su marido ya había estudiado, a aburrirse tanto que su distracción es espiar a su hermana … y sin embargo para ella era todo normal, una vida feliz y normal.
Nina en cambio mucho más atrevida, queriendo no envejecer y beberse la vida a grandes sorbos.
Y así la autora nos cuenta por capítulos la historia de estas 5 amigas desde que se separaron en el orfanato.

Una especia de Sexo en Nueva York, pero en España.

Cada una nos podemos sentir identificadas más o menos con estas amigas, sobre todo aquellas mujeres que rondamos los 45 ó 50. A mí lo que me ha pasado es que me cuesta creer cómo vivían o mejor dicho, cómo sentían esas mujeres, cómo podían mantenerse calladas y dejar que los demás decidieran y hablaran por ellas. 

Les tocó vivir una época muy dura como fue la muerte de Franco, la transición, la incertidumbre política, el miedo impregnado en todos. Y por eso yo me pregunto y también ellas, ¿dónde estaban ellas?, ¿dónde estaban sus sentimientos y sus gustos? Y eso que estamos hablando de mujeres que en su madurez vivían en una situación económica estable y holgada, de las demás, de esas que tenían un nivel social, cultural y económico inferior, mejor no pensarlo.

Y al final, como siempre suele ocurrir, se termina hablando de sexo y de hombres, no falla en una reunión de mujeres. Mientras que Olga se escandaliza, Nina llama a cada cosa por su nombre, dos maneras opuestas de enfocar un mismo tema. Seguro que muchas hemos tenido una reunión parecida, donde es fácil identificarse con Olga, Nina, Lolita o Marta.

En la actualidad seremos muchas más las que pensamos como Nina, pero también habrá algunas “Olgas”, a lo mejor de cara a la sociedad, a quedar bien con los demás (no es el caso de nuestra Olga, ya que lo que ella cuenta es lo que vive), aparentar y disimular, porque las mujeres que en la madurez hablamos de sexo somos “unas locas pervertidas” aún para muchos, y aún hay que seguir disimulando para quedar bien, o ser valientes, revelarnos de ese papel impuesto por nuestras madres, exigir nuestros derechos y buscar el equilibrio en una sociedad dirigida por hombres.

La autora podía haber profundizado más en los personajes, creo que había mucho más para poder contar sin resultar una novela pesada, es un tema que se podía haber estirado más, quizás me he quedado con ganas de saber de ellas, sobre todo de Julia, la más desgraciada y después la más feliz de todas.

Lo mismo opino del final, se me queda corto, esperaba más, me he quedado con ganas. 

Perdonar lo imperdonable está bien, pero para llegar a ese perdón, primero hay que pasar por considerarlo imperdonable, lo cual genera un dolor difícil de digerir y que deja secuelas importantes. Lo imperdonable se perdona porque como es imperdonable, para qué seguir manteniendo el rencor dentro de nosotros, pero todo tiene que pasar por olvidar el dolor, por lavar la mierda como dice Julia. Buena reflexión.


Un 8.

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