"Si esto es un hombre", de Primo Levi (Club de Lectura "10 de Diciembre")


RESUMEN DE LA EDITORIAL: Si esto es un hombre, el libro que inaugura la trilogía que Primo Levi dedicó a los campos de exterminio, surgió en la imaginación de su autor durante los días de horror en Auschwitz, cuando la principal preocupación de los prisioneros era que, de sobrevivir, nadie creería la atrocidad de la historia vivida. Los campos de concentración y exterminio, más que resguardados por las alambradas y los guardias, lo estuvieron por su propia monstruosidad, que los hacía inconcebibles.


El pasado domingo 28 enero nos reunimos en el Club de Lectura de Luisa López donde debatimos esta vez sobre el libro “Si esto es un hombre”, de Primo Levi.

Reconozco que esta vez estaba reticente a leer este libro, primero porque al ser una historia real intuía la dureza de la misma, ¿qué historia no es dura cuando se habla de Auschwitz? Me daba miedo empezarla, no iba a ser una lectura agradable, pero este Club de lectura vale la pena, había que ser valiente e ir a por ella.

No me costó tanto como creí, es corta, se lee bien y está narrada de una manera sublime.

Me encontré con una historia fría, llena de sufrimiento, soledad, dolor y miseria, nada que no me sorprendiera.

Antes que nada quería decir que no sabía cómo se iba a enfocar en la reunión este libro, de qué íbamos a hablar o comentar, de la II Guerra Mundial ya se ha hablado tanto en diferentes campos y lugares, que qué me podía aportar sobre el tema esta reunión.
Estaba totalmente equivocada, me aportó cultura, conocimientos, diferentes puntos de vista, mucha sensibilidad, apreciar nuevamente la dignidad humana por encima de TODO y hasta poder escuchar una opinión antisemita muy respetable por cierto.
Hubo momentos en los que me sentí pequeña ante tanto saber a mi alrededor, pequeña pero a gusto y en la gloria rodeada de amantes de la lectura y amigos ya.


En esa reunión, se apuntó que no podíamos juzgar si este libro nos gustaba o no, porque no era una novela sino una crónica. Opinión super acertada. Totalmente de acuerdo.

Es una crónica narrando el día a día que Primo vivió en ese campo de concentración, rodeado de cientos (miles) de personas de diferentes razas, lengua y religión, pero a los que los alemanes consideraban enemigos.

Es cierto que cada capítulo es independiente, puedes leerte uno y cuando empiezas el siguiente te das cuenta que es otro nuevo sufrimiento, otro nuevo día de calvario y de vivir en unas condiciones por debajo de lo infrahumano. También sabes desde el principio que él se salva, es evidente que escribió el libro una vez salió de allí cuando acabó la guerra.

Allí, lo mejor que podía pasar y que se tomaba como un golpe de suerte, era que no lloviera (fijaros qué cosa más simple), soportar la lluvia trabajando a la intemperie sabiendo que después no podrías cambiarte de camisa, ni siquiera moverte, porque el roce de esa camisa mojada te hacía entrar en un frío atroz e insoportable.
“Cuando llueve uno querría poder llorar …” ó “Tener un trapo seco sería una auténtica felicidad …” Así lo describe el autor, espeluznante, te llega al alma.

También es muy llamativo el tema del trueque. Allí no hay amigos, ni siquiera entre los mismos prisioneros, allí sólo había afán de sobrevivir, no hay favores, no te fías de nadie, no hay cómplices, todo vale su precio “en oro”. El ejemplo que más me ha llamado la atención es el de las cucharas. No tenían cucharas para comer, algo tan simple en nuestra vida diaria y para ellos era un calvario poder comer sin ellas. El que estaba en la enfermería sí se la daban y no tenía que devolverla, una cuchara diaria … cuando volvía de la enfermería estas cucharas se cambiaban por pan, como digo, era “puro oro”.

Al leer este libro, yo concretamente me pregunto, ¿cómo podían ser tan crueles? La maldad de Hitler la sabemos, y de los más cercanos a él también, pero ¿y esos vigilantes (verdugos) de esos campos? ¿Cómo podían albergar tanta maldad para tratar así a seres humanos? Me cuesta entender hasta qué punto llegó la maldad humana, o hasta qué punto llegó ese “lavado de cerebro” que sufrieron todos esos verdugos directos de esos campos de concentración hasta convertirlos (a todos) en auténticos criminales. ¿Cómo un hombre puede ser tan cruel sólo por ideas políticas o religiosas diferentes? ¿Cómo se puede tratar así a una persona, y a un  niño? No logro entenderlo ni aceptarlo.

Llama la atención uno de los personajes. Éste siempre limpiaba sus botas hasta tenerlas pulcras, siempre andaba con la cabeza erguida, sus camisas estaban limpias …. A pesar de todo, él conservaba de esa forma su dignidad, algo que nadie podía quitarle. La dignidad por encima de todo, es lo único que nos pertenece por completo y que nunca debemos abandonar.

Primo Levi tuvo suerte, por eso se salvó. Se puso enfermo y pasó a la enfermería, que era una especie de oasis y que te eximía de trabajar. Era químico, lo que le proporcionó una situación “especial”, y al final, el frío y la nieve que tanto temían y odiaban, les salvó, pudiendo beber el agua derretida.

¿Qué sensación me deja este libro? Ya lo he dicho antes, la crueldad del ser humano, hasta dónde puede llegar y también hasta dónde el cuerpo puede aguantar lo que te echen.
Los católicos dicen una frase a menudo: “Qué Dios no nos envíe todo lo que podamos soportar, porque estaremos perdidos”.
¡Cuánto soportaron aquellos hombres, mujeres y niños, en esos campos de concentración! …. Me entra dolor de estómago, es increíble tanto sufrimiento vivido.

Un libro duro, o mejor dicho, una crónica real dura de lo que allí pasó. A veces repetitivo en sus capítulos, pero me ha gustado, mucho más después de acudir a esa reunión de este Club de Lectura.

Un 8.



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