"Un buitre en el jardín", de Manuel Moya


RESUMEN DE LA EDITORIAL: Ambientada en la Andalucía de principios del siglo XX, donde las grandes compañías mineras y los grupos anarquistas conviven con la pobreza y la violencia, Un buitre en el jardín es una afinada fábula que reflexiona sobre la manera como el poder económico corrompe a los individuos, haciéndoles vivir un falso sueño que la realidad impugna una y otra vez. En un paradisíaco jardín, una joven e inexperta enfermera aguarda la muerte de una mujer misteriosa, Lola, junto a un hombre al que todos llaman el Inglés y que carga sobre sus espaldas un pasado tormentoso, lleno de oscuros recovecos, cuando un grupo de soldados irrumpe en sus vidas. A partir de ese momento las crudas revelaciones del pasado y los imprevisibles acontecimientos del presente se irán trenzando en un relato donde no falta el amor desesperado, la turbiedad del sexo, así como los más bajos y escondidos instintos destructivos del hombre.

Tenía esta asignatura pendiente con Manuel Moya al que me une multitud de amigos y también el pueblo de Fuenteheridos.


El libro empieza hablando y describiendo un jardín, este jardín es Villa Onuba, situado muy cerquita de Fuenteheridos, jardín donde nació mi padre y donde dos días antes de morir me pidió que allí lo llevara.

Así que el libro empezaba calándome hondo y así ha sido hasta el final.

Manuel narra una historia preciosa ambientada en Sevilla, a la que describe como “una de esas ciudades de carácter, capaces de arrancar … lo mejor de uno mismo”; o añadiendo que Sevilla es para quien le guste el sol, los pájaros, las macetas de albahaca y los niños pobres de Murillo.
Sevilla es mi ciudad, donde nací y donde vivo, una ciudad a la que adoro. La historia seguía tocándome muy de cerca.

Intento ser objetiva y no dejarme llevar por todo lo que he expuesto, y así os diré que es una historia que engancha, perfectamente descrita en dos tiempos, un libro muy entretenido, con una cadencia lenta, que te envuelve, es muy difícil que a Manuel no le salga su vena poética al escribir. Y este libro es eso, es una historia en prosa, pero pura poesía, una historia cargada de sentimientos distintos y de todo tipo, una historia de ambición, poder y de amor.

La historia sigue en Huelva, Riotinto y alrededores, durante aquellos años anteriores a la guerra civil española y en el mismo momento en que ésta estalló.

Desde muy pequeña le oí a mi padre contar historias sobre ese jardín e historias muy parecidas a las que el libro narra. 
Mi padre nació en el 30, por lo que vivió y sufrió la postguerra en Fuenteheridos, y como digo, siempre contaba anécdotas, historias vividas por él y su familia que el libro me ha hecho rememorar y emocionar. 
Mi padre siempre decía que en Villa Onuba se vivía muy bien, su propietario entonces era un alémán y tanto los rojos como los nacionales tenían miedo a entrar, así que él nunca pasó hambre ni nunca tuvo miedo, el jardín los abastecía y protegía de todo. Él era “el niño de Villa Onuba”, como si fuera un título nobiliario e incluso en aquella época, mucho más que eso.
La historia de este libro va un poco de ésto, ¡¡como para no engancharse!!

El protagonista se hace de poder y dinero, creyendo que eso era todo, sin darse cuenta que aunque lo conseguía todo a golpe de “talonario”, no conseguía ser feliz; eso es otra cosa, el dinero ayuda pero no puede comprarlo todo, ni la felicidad, ni el amor ni combatir la soledad.”¿… no se había dado cuenta de que la consecución de la libertad pasa inevitablemente por hacerse de dinero, de que es el dinero la garantía de una libertad sin ambages?”. Mi querido Karl, estabas muy equivocado, no todas las cosas se pueden comprar y la dignidad es una de ellas.

La historia y sus protagonistas me han tenido cautivada, había momentos en los que sentía el frescor de Villa Onuba en mi piel, pero vuelvo a ser objetiva, el argumento y su manera de contarlo te envuelve desde el principio, te engancha y te hace reflexionar sobre muchas cosas …. “yo creo que a todo hombre le llega tarde o temprano la hora de la verdad, de-su-verdad, la hora de mirarse al espejo y contemplarse. Depende lo que vea, su vida será un infierno o no ….”

Muy identificada con el protagonista en algunos argumentos que Manuel pone en su boca. “No había cumplido los cincuenta, la edad en la que tal vez uno sea más fuerte, porque a la fortaleza física se añade la fortaleza mental y la experiencia …."
Yo que ya he pasado del 5, estoy totalmente de acuerdo con la visión de Karl, teniendo salud, los cincuenta pueden ser la mejor época de tu vida. Karl tenía salud, tenía dinero, poder, familia, pero le faltaba algo que le hizo eternamente infeliz.

Me ha encantado. Un 10.

Enhorabuena, Manuel




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