"Un amor en la calle del pez", de Javier Zapata

 


PRESENTACIÓN EN LA BOTICA DE LECTORES.

RESUMEN DE LA EDITORIAL: Irene, que llega a Madrid harta de su novio, sus amigas y su madre, se encuentra en el bar de la facultad con Manuel, un joven profesor que juega al mus con unos amigos. No hablan esa primera vez, pero cada uno se ha fijado en el otro. Enseguida saldrán juntos. Descubrirán un mundo feliz lleno de canciones. La vida, con sus problemas y tribulaciones, será algo que le pase a los demás. La suya será perfecta. Manu empezará a trabajar a destajo y a viajar por obligación. Irene acabará la carrera y afrontará unas oposiciones. ¿Qué ocurre cuando nada ocurre pero todo ocurre? Javier Zapata nos traslada al Madrid del cambio de siglo y nos muestra calles, rincones y personajes tan familiares que uno tiene la sensación de haberlos conocido desde siempre (o, acaso, de haber sido uno de ellos). Una novela singular, emotiva, teñida de verdad y de música. Mucha música. «Una apasionante novela de recuerdos y presente, en la que la vida siempre se abre paso». AINHOA SOLA «El poder evocador de la música y de la palabra se dan cita en esta hermosa novela. Javier Zapata nos habla, con una prosa fresca y audaz, del amor, la amistad y la pérdida que componen la melodía de la vida». NIEVES ALGABA «Una obra literaria de altos vuelos donde la narrativa se deja mecer por canciones que rubrican la trama desde el título de cada capítulo». ANTONIO CASTÁN «Un lenguaje directo y ágil que te atrapa, personajes recorriendo lugares evocadores a quienes el lector quiere acompañar. Música, viajes, amor…. La vida en definitiva». CRISTINA JIMÉNEZ SAVURIDO

Javier Zapata, sin conocernos y por mediación de nuestro amigo en común, Pedro Jiménez, confía en mí para la presentación de su novela “Un amor en la calle del Pez”. 

Acepto encantada, no podía ser de otra forma ante tan tremendo honor, además de que, los que me conocéis, sabéis que me apunto a tó.

¿Qué nos vamos a encontrar en esta novela? Como su título nos indica, nos encontramos con una historia de amor, una historia preciosa y muy bien contada. 

Tal y como él se define, melómano y amante de la música, Javier impregna esta novela de canciones cuyos títulos nos va dejando en cada capítulo. Canciones que nos acercan más a la historia y a los personajes, canciones que te hacen leer y vivir la novela de una forma diferente. No olvidéis a la hora de tener esta novela en las manos, buscar esas canciones y darle al play, es una manera distinta de leer y me ha resultado una experiencia que recomiendo y que no olvidaré. Además, son canciones, la mayoría, para mí desconocidas, por lo que la experiencia ha sido por ello doblemente gratificante.

La música es parte de la novela, por ello os recomiendo que, además de leerla, hay que escuchar … e incluso bailar, por qué no.

Irene y Manuel, Manu, viven una historia de amor en un apartamento en la peculiar calle del Pez madrileña. Y digo peculiar, porque esta calle le debe su nombre a una leyenda que nos dice que antes de las construcciones, existían estanques y fuentes propiedad del cura Henríquez, que abría al público el día de San Juan. Cuando Juan Coronel compró los terrenos para levantar allí su casa, los peces fueron muriendo todos, incluido el último que murió en manos de su hija Blanca Coronel. Su padre, para consolarla, mandó labrar un pez de piedra en el edificio, pez que aún podemos ver. De ahí el nombre de la calle que inicialmente se llamó Domingo Moriones y Murillo, destacado carlista, y después pasó a llamarse Fuente del cura. 

El amor de esta pareja, nos lleva, además de conocer Madrid, a pasear por las calles de Cádiz, sus plazas y sus playas, ciudad que vio nacer a Javier, pasear por las islas Canarias, y también nos traslada a Panamá.

Viajes, música, amor, amistad, pasión …. todo ello mezclado de una forma muy sencilla, con una prosa natural y fresca, describiendo la vida cotidiana de los personajes de una manera tan real, que es inevitable sentirse identificado.

A destacar que los capítulos están narrados en primera persona. Cuando hablé con Javier por teléfono, me dijo que tenía que escribir en primera persona, era la única manera de describir bien los sentimientos de Irene, de Manu y de tantos otros personajes que te vas encontrando. Él me transmitía que, si ponía a un narrador para que contara la historia, esta podría verse distorsionada, porque sería incapaz de trasladar al lector lo que cada personaje sentía. La primera persona le daba realidad y pasión a cada personaje, eso me dijo.

Cada capítulo es narrado por uno de ellos, y así, la historia se va entremezclando con la misma vivencia de cada uno, vivida de manera distinta, con distintas pasiones, sentimientos, dudas y realidades.

Tienes entre las manos una historia de amor, ya lo he mencionado, pero a medida que vas leyendo, te encuentras con misterio, intriga, y asuntos sin resolver, haciendo que no puedas dejar de leer hasta llegar al final.

Los personajes secundarios, Marianne, Pepa, Thomas, Mónica ... muy bien definidos, con fuerza, creyendo al conocerlos que se convertirían en protagonistas destacados de la historia, inventando en la mente del lector, en este caso yo, dónde Javier ubicaría a cada uno de ellos. El misterio y la incertidumbre están asegurados. Los que lo leáis, tener en cuenta que os vais a enganchar a este amor, a esta historia y a estos personajes.

Cuando cerré el libro y terminé de leer, sentí que la novela no había acabado, dentro de mí seguían esas canciones, esos diálogos de Manu, esos viajes y sentí unas ganas tremendas de abrazar a Irene, mi amiga Irene, porque al cerrar el libro, éramos ya grandes amigas.

Enhorabuena, Javier, me has hecho vibrar, bailar, suspirar y emocionarme ... qué más se le puede pedir a un libro. 

Gracias




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