"La vida ante sí" de Romain Gary (Club de lectura "10 de diciembre")
RESUMEN DE LA EDITORIAL: En un sexto piso sin ascensor del barrio parisino de
Belleville una vieja prostituta judía, atormentada por los recuerdos de
Auschwitz, acoge a los hijos no deseados de sus antiguas compañeras en una
pensión clandestina. La mirada de Momo, un pequeño musulmán que no ha conocido
a sus padres, denuncia la sordidez del mundo que le rodea, mientras asiste a la
ineluctable degeneración de la única persona a la que ha querido. La ironía y
el humor, la ingenuidad y la ternura son el contrapunto de un relato que
desgarra al tiempo que conmueve, una reflexión sobre la soledad, la decrepitud
y el poder enajenante del miedo. La vida ante sí (1975) obtuvo el premio
Goncourt sin que el jurado supiera que, bajo el seudónimo de Émile Ajar, se ocultaba
el escritor Romain Gary, que ya había sido merecedor de este galardón en 1956
por su novela Las raíces del cielo. «Es tarde para muchas cosas, pero no para
descubrir a Gary.» El Periódico
Libro tierno y demoledor, irónico y sincero. No deja de
hacernos sonreír a cada rato y hacernos entristecer pocos renglones después.
Una reflexión sobre la soledad, las relaciones humanas, el
miedo y la vida, como apuntaba Julio en nuestra tertulia de ayer en este Club
de Lectura.
A la gran mayoría nos gustó mucho y sacamos de él bastantes
cosas positivas haciendo de la tertulia un estupendo debate como estamos
acostumbrados. Hubo quien no se creyó la historia ni la inocencia de Momo, no
fui yo una de ellas.
Una
historia llena de emociones y sentimientos, con unos personajes muy especiales
de los suburbios del París de los años 70.
Te
mantiene en tensión todo el rato, toca fibras sensibles y profundas, te hace
reir y te hace llorar, mucho. Un final que cala hondo.
Rosa
fue prostituta, judía superviviente de los campos de exterminio y que cada vez
que escucha el timbre de su puerta cree que las SS vienen por ella. Cuida y se
hace cargo de los hijos de las prostitutas por poco o nada de dinero. Tiene una
foto de Hitler bajo la cama que saca cuando se siente mal y eso la hace
recuperarse. Tiene un refugio en el sótano como si fuera su Israel.
Y
Momo, uno de esos chicos acogidos por Rosa, sin saber de su padre ni de su
madre. Él es el narrador y el autor escribe con una prosa infantil, a mí me lo
parece, algo que me ha llamado mucho la atención, haciendo más auténtico el
relato.
A
través de los ojos de Momo descubrimos un mundo que para muchos nos toca
lejano, un mundo de miserias, de escasez, de necesidades, todo visto bajo la
ingenuidad de este niño que a mí me ha parecido super inteligente, lleno de
ternura y cariño hacia esa mujer que era todo su mundo. La ingenuidad de su
edad es el éxito del relato.
El
resto de personajes, rocambolescos: un travesti, un proxeneta, una dobladora de
películas mudas, un tragador de fuego, un ciego amante de Víctor Hugo … incluso
hasta unos payasos de circo. Todos con un punto de locura.
Algunas
frases que destaco de este libro que me ha dejado huella:
“La vida no es cosa para todo el
mundo”
“Para tener miedo no hacen falta
motivos”
“¿Se puede vivir sin alguien a quién
querer?”
“La felicidad no me tira, sigo
prefiriendo la vida”
“El miedo es nuestro mejor aliado y
que sin él sabe Dios qué sería de nosotros”
“Me embalaba cada vez más y no podía
dejar de hablar porque tenía miedo que si paraba dejaran de escucharme” ….. aquí se me saltó alguna lagrimita.
Eutanasia
…. “…. La señora Rosa tiene el sagrado
derecho de los pueblos de disponer de sí misma como todo el mundo. Y si quiere
hacerse abortar es cosas suya.”
Muchas
otras frases salieron en esta tertulia haciendo que este libro fuera realmente
enriquecedor.
Un libro precioso 9/10
Un libro precioso 9/10
Art.
25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos:
1)
Toda persona
tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su
familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la
vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene
asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez,
viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por
circunstancias independientes de su voluntad.
2)
La maternidad
y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos los
niños, nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual
protección social.
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